La realidad sobre las necesidades de energía y los trastornos del eje hambre-apetito-plenitud y saciedad.
Lo primero que debemos diferenciar para analizar la conducta y el comportamiento alimentario de cada persona son los conceptos de hambre, apetito, saciedad y plenitud. Hambre se define como un estado de alerta en relación con la necesidad global biológica de nutrientes energéticos, mientras que apetito sería la necesidad de ingerir selectivamente un alimento específico a través de mecanismos sensoriales y psicoculturales. Plenitud es el proceso que provoca la finalización de una comida y saciedad se refiere a la inhibición del hambre. La saciedad en particular depende de la composición calórica del alimento, de la presencia o no de fibra dietética, de neurotransmisores que estimulan las neuronas de la saciedad como el péptido YY (PYY 3-36) y de hormonas entre la que cabe destacar la Leptina producida por el tejido adiposo que aumenta la sensación de saciedad además de incrementar el gasto calórico.
Fragmento de la tesis de doctorado del Dr. Blanco.